La joven de la perla

by - 01 diciembre

La portada de La joven de la perla, de Tracy Chevalier. Consiste en el cuadro de La joven de la perla, de Vermeer: una chica joven mira por encima de su hombro izquierdo. Tiene el cuerpo de perfil, aunque sólo se alcanza a ver hasta el comienzo del brazo; se cubre con una especie de capa de color ocre, bajo la cual se adivina el cuello blanco de algún pañuelo. Lleva el pelo cubierto con una tela que forma una banda azul a modo de diadema y luego cuelga más o menos libre, tras hacer un nudo en el cogote, de color marrón casi blanco y puntas más claras. De su oreja cuelga una lágrima de brillo perlado. Los ojos, grandes, miran al pintor y tiene la boca entreabierta. El fondo es negro. En el tercio inferior de la portada está el título, con mayúsculas blancas y que pertenece a la colección DeBolsillo. En la zona más superior, el nombre de la autora. Un poco más central y a la derecha, el sello de Best-seller. La portada ocupa la mitad derecha en la zona inferior de un cuadrado más grande. Este cuadrado más grande destaca por los tonos naranjas con algún toque azul y las pinceladas gruesas. Parecen formar un marco en el que se coloca la portada. En el borde izquierdo de la portada, hacia la zona inferior, el contorno de un panda rojo, a modo de sello


¡Hola!

Hoy traigo mi reseña de... ¡La joven de la perla!, de Tracy Chevalier; publicada por Alfaguara.

Era uno de esos libros que tienes en una de las múltiples pilas de pendientes (en este caso: libros cortos + libros prestados pendientes de ver si se quedan en casa) y, al ver que tenía película, decidí aprovechar las energías extra que daba el que se pudiera incluir en el reto de noviembre del #Bibliathon2020.

Tengo que decir que lo leí en un suspiro. De repente me llamaron y resulta que estaba a la mitad y no me había enterado. Tiene una narración muy cuidada, en primera persona, con muchos detalles pequeños que hacen que solo veas una parcela de la historia, pero menuda parcela.

Me gustó que siempre hablara de «él» y apenas de su nombre. Me dio mucha rabia toda la indefensión que se ve a lo largo de la historia, el saberte atade de pies y manos. El final me dejó una sensación agridulce, porque no es feliz, pero es de lo mejor que podía conseguir y, en cierta manera, es un sí y no a la vez.

La película me gustó... y a la vez no. Hay cosas que pierden sus matices y, quizá fue mi interpretación, pero en el libro se enfrentan admiración (con amor platónico, quizá) frente a interés no romántico en absoluto. Y en la peli intentan subirlo de nivel. Que no sé cuál se aproximará más a la realidad, pero comparando a secas, sin más... A la escena del agujero para los pendientes, por ejemplo, le quitan todo el significado, o cómo avanzan las intervenciones de Griet en el taller o cómo le cuesta que vuelva a ser un lienzo en blanco. También le dan un matiz bastante distinto a su relación con Pieter, sobre todo al comienzo; desaparecen por completo sus hermanos, que son dos constantes importantes en el libro. Y el final... el final me pareció un recuerdo lejano sin todo lo enriquecedor que aportaba en el libro.

¿Conoces la película? ¿Y el libro? ¿Reconoces el cuadro de la portada?


Sinopsis

Países Bajos, siglo XVII.
La joven Griet, de dieciséis años, entra a trabajar al servicio de Johannes Vermeer en la ciudad de Delft. Griet parece saber cuál es su papel en la casa: ocuparse de las tareas domésticas y cuidar a los seis niños del pintor. Sin embargo, la sensibilidad de la muchacha llama la atención de Vermeer, quien le abre las puertas de su mundo y su trabajo.
A medida que la intimidad crece entre ambos, también lo hacen la tensión y los celos. Y pronto, llega el escándalo.
Tracy Chevalier logra consagrarse en el género de la ficción histórica con esta novela que ya es un clásico contemporáneo.






You May Also Like

0 comentarios

¡Gracias!