La joven de la perla
¡Hola! Hoy traigo mi reseña de... ¡La joven de la perla!, de Tracy Chevalier; publicada por Alfaguara. Era uno de esos libros que tienes en una de las múltiples pilas de pendientes (en este caso: libros cortos + libros prestados pendientes de ver si se quedan en casa) y, al ver que tenía película, decidí aprovechar las energías extra que daba el que se pudiera incluir en el reto de noviembre del #Bibliathon2020. Tengo que decir que lo leí en un suspiro. De repente me llamaron y resulta que estaba a la mitad y no me había enterado. Tiene una narración muy cuidada, en primera persona, con muchos detalles pequeños que hacen que solo veas una parcela de la historia, pero menuda parcela. Me gustó que siempre hablara de «él» y apenas de su nombre. Me dio mucha rabia toda la indefensión que se ve a lo largo de la historia, el saberte atade de pies y manos. El final me dejó una sensación agridulce, porque no es feliz, pero es de lo mejor que podía conseguir y, en cierta manera, es un sí y no a la vez. La película me gustó... y a la vez no. Hay cosas que pierden sus matices y, quizá fue mi interpretación, pero en el libro se enfrentan admiración (con amor platónico, quizá) frente a interés no romántico en absoluto. Y en la peli intentan subirlo de nivel. Que no sé cuál se aproximará más a la realidad, pero comparando a secas, sin más... A la escena del agujero para los pendientes, por ejemplo, le quitan todo el significado, o cómo avanzan las intervenciones de Griet en el taller o cómo le cuesta que vuelva a ser un lienzo en blanco. También le dan un matiz bastante distinto a su relación con Pieter, sobre todo al comienzo; desaparecen por completo sus hermanos, que son dos constantes importantes en el libro. Y el final... el final me pareció un recuerdo lejano sin todo lo enriquecedor que aportaba en el libro. ¿Conoces la película? ¿Y el libro? ¿Reconoces el cuadro de la portada?
Países Bajos, siglo XVII.
La joven Griet, de dieciséis años, entra a trabajar al servicio de Johannes Vermeer en la ciudad de Delft. Griet parece saber cuál es su papel en la casa: ocuparse de las tareas domésticas y cuidar a los seis niños del pintor. Sin embargo, la sensibilidad de la muchacha llama la atención de Vermeer, quien le abre las puertas de su mundo y su trabajo.
A medida que la intimidad crece entre ambos, también lo hacen la tensión y los celos. Y pronto, llega el escándalo.
Tracy Chevalier logra consagrarse en el género de la ficción histórica con esta novela que ya es un clásico contemporáneo.


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