La isla
¡Hola!
Tengo este libro en físico y en español, me lo pasó mi tía cuando estaba haciendo limpia. Pero hacer fotos de portadas se me da bastante mal (y la mía es bastante sosa, un barco parecido al de esta, pero visto completamente de perfil y algo más plano, sobre un mar ocre oscuro en el que se ve el reflejo del barco y un cielo del mismo ocre en el que casi ni se ve el sol, con lo que parece algo de tierra al fondo), así que en su lugar os he puesto esta tan bonita de la edición inglesa que encontré en GoodReads. Y, con ella, la reseña de La isla, de Robert Merle; publicada por Caralt.
Abrí esta novela sin saber muy bien de qué iba. Había un barco en la portada y en la solapa mencionaban un motín, pero poco más. Miré un par de veces el grosor, me fijé en el número de páginas (más de cuatrocientas) y en la hora (ya era media tarde). Así que me dije, bueno, yo lo empiezo y ya iremos viendo.... Pues me lo acabé antes de irme a dormir.
Es una novela de personajes. Concretamente, de personajes en una situación extrema. De dos grupos distintos en una situación difícil. Y, dentro de cada grupo y cada forma de ver las cosas, también tiene sus miembros más extremos y quienes tienden hacia una u otra postura, pero con matices.
El protagonista, como no podía ser de otra manera, es el que trata de hacer las cosas bien. Pero eso no impide que el narrador te deje ver los motivos del resto o que te introduzca detalles para que entiendas a los del grupo opuesto.
Ha habido momentos en que me ha resultado muy curioso cómo él parecía estar solo frente a la opinión de todos. Cómo otras veces se dejaba llevar o seguir instrucciones. Cómo cada cual considera importantes algunas cosas. Lo que cada uno considera poder. Las hipocresías, los dobles raseros, el egocentrismo, la avaricia, el miedo... Pero también el no hacer nada como opción no válida, el aparentar aun no estando de acuerdo o el intentar cumplir a medias. De actuar vs. reaccionar. De que hay grados en la oposición. Que lo que tiene sentido en un contexto, carece de sentido en otro.
No es una novela en la que te lleves grandes sorpresas; más bien, te pasas casi desde el principio viendo que esa tensión tiene que salir por algún sitio. Pero todas las sutilezas y los matices me tenían atrapada hasta que he llegado al final.
¿Con quién te fugarías a una isla desierta?
Sinopsis (o, más bien, el comentario de la solapa)
Robert Merele, que ganó con La isla el Premio Goncourt 1962, advierte que todos los sucesos que se narran en esta novela son históricos. Escrita en una prosa dura y sin concesiones, La isla presenta un caso de «rebelión a bordo», sucedido en el Pacífico, en los años en que el océano y las islas iban siendo explorados sistemáticamente por ingleses y holandeses. La conducta despótica del capitán fuerza la rebelión de los tripulantes del Blossom, y se inicia así la odisea de doce marinos británicos por las islas del Océano. Los tripulantes no comprometidos en la revuelta quedan abandonados en Tahití, y los prófugos, seguidos por un grupo de indígenas, se instalan en una isla, destruyen el barco e inician una convivencia que inmediatamente se revela conflictiva, encrespada por los odios raciales, por la intemperancia sexual de casi todos, por la ambición y la violencia de unas gnetes contra las que nada puede la acción del teniente Purcell, verdadero protagonista de la novela. Pero lo que distingue La isla de cualquier otra novela de aventuras calcada sobre el mismo modelo, de tan amplia tradición en los relatos de aventuras, es precisamente la habilidad de Robert Merle, su maestría literaria para describir los paisajes de las islas paradisíacas —el marco deslumbrante de un pavoroso drama colectivo—, la ambientación, la vida y las costumbres de los indígenas y, sobre todo, la sobria y ceretera definición de los personaes, que no tienen nada de arquetípicos y sí, al contrario, la íntima coherencia que les presenta sus contradicciones, su cambiante psicología, la transformación que se va operando en ellos a medida que la soledad los corroe interiormente. Son personajes que «no miran al futuro», encerrados en un paraíso que es su cárcel para siempre, obligados a una confraternización no deseada hasta que el drama estalla incontenible. La paz difícil y la imposibillidad de contruir una vida mejor, animan la acción desesperada de unos personajes que Robert Merle plasma con inusitado vigor en una novela capaz de mantener el interés del lector hasta el sorprendente desenlace.



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